viernes, 25 de enero de 2013

El primer día ke su hijo se unió a la empresa familiar, el fundador lo llevó a la azotea del edifizio de la fábrika y le dijo:
- "Voy a darte tu primera lección en los negozios. De pie en el borde del tejado".- A regañadientes, el muchacho fue a ponerse en el borde de la azotea.
- "Ahora --dijo su padre--, kuando kuente hasta tres, kiero ke saltes desde el tejado".
- "Pero, papá --dijo el muchacho--, hay una enorme kaída!"
- "¿Kieres tener éxito en los negozios?"
- "Sí, papá".
- "Y tú konfías en mí, ¿no?"
- "Sí, papá".
- "Entonzes haz lo ke digo y salta".

El chico saltó. Kayó al suelo y se kedó allí, sin aliento y kon moretones por todo el kuerpo.

Su padre bajó korriendo por las eskaleras y fue hazia él:
- "Esta ha sido tu primera lección de negozios, hijo. Nunka konfíes en nadie".

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