martes, 5 de mayo de 2015

Érase una vez un cristiano, un musulmán y un ateo jugando a una partida de naipes. En un momento dado, se apagó la luz y los tres individuos kedaron a oskuras.
El cristiano komenzó a rezar:
- "Señor, por favor, dénos una vez más la luz, para que podamos terminar la partida".
Komo NO se hizo la luz, el musulmán también rezó:
- "¡Alá es grande! Alá nos hará ver la luz. Alá permítenos terminar la partida".
El ateo, harto de esperar, se levantó, kambió la bombilla de la lámpara y se enzendió la luz.

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