La otra tarde, cuando mi hermano y yo
terminamos de echar el ratito en el campo, metimos la desbrozadora en
la furgoneta C 15 y montamos también a los perros. He de indicar que
la desbrozadora la metimos inclinada para que cupiese bien en el
coche; de tal manera que la hélice quedó sobre el suelo y el
depósito de la gasolina, por encima de la cabecera de los asientos
traseros.
Una vez que llegamos al pueblo y dejé
a mi hermano, me dirigí a mi casa para bajar a la perra y coger los
cuatros desperdicios para los animales. Como de costumbre, se me
estaba haciendo de noche y todavía tenía que ir a preparar al
ganado.
Bien, pues me monté de nuevo en el
coche y tiré para la granja. Pero, fíjense lo que me ocurrió
cuando estaba bajando la avenida de la carretera de Jerez, justo a la
altura de la Cooperativa Albarizas. El sol estaba casi ocultándose,
pero yo aún NO había encendido las luces del coche. En ese momento,
era un momento en que me dio por mirar por el espejo retrovisor
interior y... SE ME PUSIERON LOS GÜEVOS DE CORBATA, PARE!!!. ¡¡Ké
susto me llevé, Diox mío!!. Hasta dí un pequeño quiebro con el
volante y tó... Pa' mí que era un tío el que estaba sentado detrás
en mi coche. En un instante, había confundido el depósito de la
gasolina de la puñetera desbrozadora, con la cabeza de un tío. Como
el depósito es redondo...
Parecía que me íba a pasar como lo de
"la niña de la curva", que dícen que por las noches se te
mete el fantasma de una niña en el coche cuando estás cogiendo una
curva... Pero yo ni estaba cogiendo una curva, ni estaba cogiendo ná.
Yo a lo que íba era a echarle de comer a unas 'cuantas gallinas' que
tengo!!!.
En fin, que NO gana uno pa' sustos.
(Marin El Punki - Perro Loko).
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