sábado, 11 de julio de 2015

Hace algunos años estuve realizando prácticas remuneradas en la Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre. Mi función, según me dijeron, era la de "Monitor de Organización". Las prácticas duraron cuatro meses, de agosto a noviembre de 2008. En aquel tiempo, recuerdo que también tuve que hacer en la Sede de Proyecto Hombre unos cursillos o seminarios sobre seguimiento de usuarios. Por cierto, aquellos cursillos ni siquiera mi superior los tenía hechos, pero bueno...

Sabía que una vez que finalizaran mis prácticas, iría a la calle. Pero, por tal de meter la cabeza en algún sitio, intenté ver el modo de poder trabajar en dicha institución. Entonces, le pregunté un día a una de las profesionales. He de decir que aquella persona tenía buen rango dentro de la empresa. Bien, pues cuando ella supo que yo quería trabajar en Proyecto Hombre como Trabajador Social, me dio muchos ánimos, la verdad... Sin embargo, también me animó mucho (DEMASIADO, diría yo...) para que yo hiciera el "Gestáltico".

¿Gestáltico?

Le pregunté qué coño era aquello del Gestáltico.
Bueno, NO se lo pregunté así. Le pregunté qué era el Gestáltico, simplemente.

Ella, con un cigarrito en la boca y sentada en su confortable sillón giratorio como un marajá, me miró a los ojos y me dijo que servía para conocerme a mí mismo. Me dijo que yo debía INGRESAR en la Escuela de Gestalt y que para ello debía INGRESAR también NO-sé-cuanta burrada de dinero en la Cuenta Bancaria, y que tenía que írme dos o tres fines de semana a Madrid,... Qué se yo, un disparate!!.

Le dije que yo NO me podía permitir tanto gasto de dinero. Me dijo que NO importaba (claro, como el dinero NO era suyo...), que ya lo pagaría a plazos...

Con las orejas caídas y con las ilusiones por los suelos, le volví a preguntar que si todo ello era necesario para poder trabajar en Proyecto Hombre. Me dijo que sí, porque para poder conocer a los usuarios (allí les llaman "usuarios" a los drogodependientes), primero debía conocerme a mí mismo. Le dije que yo ya me conocía y que estaba encantado de conocerme.

Ella me dijo que yo NO me conocía, que hasta que NO fuera a la Escuela de Gestalt, NO me podía conocer a mí mismo. Por lo visto, era necesario conocer cuáles eran mis miedos, mis limitaciones, las cosas que podían perjudicarme,... Le dije que yo sabía todo eso mejor que cualquiera que haya ido a SU famosa Escuela de Gestalt. Ella, desafiante y algo enfadada, intentó convencerme una vez más (pero sin éxito) de que yo NO me conocía a mí mismo y que INGRESAR en la dichosa Escuela, me íba a venir bien y me íba a ayudar mucho.

Le pregunté que si ella había pagado por ir a la Escuela. Me dijo que sí y que ella sí se conocía así misma y que podía sacar de la droga a muchas personas.

Antes de marcharme de SU hermoso y amplio despacho, mi última pregunta hacia aquella gran experta de la materia fue la siguiente:
- "...Y si te conoces a tí misma y dices que puedes quitar de la droga a muchas personas, ¿qué haces FUMANDO?!!!!."

NO hubo respuestas, salí del despacho, cerré la puerta y me fuí. ¡¡Qué difícil es poder trabajar en algunas instituciones!!. (Marin El Punki - Perro Loko).

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