Me estaba preguntando hasta qué punto
ha contribuido el trabajo en la crisis mundial que tenemos. Síp,
porque mientras que todo iba medianamente bien, mucha gente se
paseaba en un columpio, sin preocupaciones de ningún tipo, sin la
asfixia de las hipotecas, sin deudas,... Pero también, en el
subconsciente de mucha gente, se sabía que tarde o temprano esto iba
a pasar ¿O no? ¡Venga ya, hombre! No me digáis ahora esas cosas
que tanto se suelen decir, aquello de que: “yo creía que la crisis
nunca iba a llegar”, “yo creía que la crisis era algo de los
años treinta”,...
Miren ustedes, en el año 2007, estaba
yo realizando un curso de Auxiliar de Ayuda a Domicilio --para
much@s, todavía NO había comenzado la crisis, puesto que dicen que
fue en el 2008 cuando verdaderamente empezó--. Bien, pues en dicho
curso, NO me acuerdo a raíz de qué tema, uno de los compañeros
dijo que “la jambre” --algo que asoló a España en los años
cuarenta-- tenía que volver. Recuerdo muy bien las palabras de este
chaval: “Ustedeh reirce, pero la jambre tiene que vení otra bé!!”.
Efectivamente, ya hay mucha gente pasando hambre en España. Pero,
realmente, lo que quiero que veáis es cómo algo que estaba oculto
en el subconsciente de la gente, alguien se atrevió a decirlo.
Bueno!, eso porque lo dijo un muchacho en un curso de Auxiliar de
Ayuda a Domicilio, pero ¿Cuánta gente NO llevaba diciéndolo desde
mucho tiempo antes? ¡Joé!, los Punkis, por ejemplo, llevaban
anunciándolo en sus canciones prácticamente desde que surgió el
movimiento, allá a finales de los '70. “No Future” decían los
SEX PISTOLS y “El exterminio de la raza del mono (llegará)”
decían los ESKORBUTO. Igualmente, l@s Anarquistas SIEMPRE decían
que estos NO son modos, que el tren de vida que llevábamos NO era
bueno. ¡Ah, claro! Pero es que en aquellos años en que todo iba más
o menos bien, l@s que advertían estas cosas eran un@s loc@s. De
SIEMPRE hemos sido considerad@s como un@s lunátic@s y un@s
amargad@s, cuando éramos l@s únic@s que teníamos cabeza para decir
lo que estaba por llegar. Mientras tanto, la gran mayoría festejaba
las caricias del capitalismo sin tener en cuenta las bofetadas que
vendrían después; pese a saber en el interior de sus pensamientos
que todo NO iba a ser color de rosa; pese a las advertencias de
aquellos bohemios, locos y antisociales. Pero la caída del gran
imperio se dejaría ver y, entonces, ya los locos NO éramos tan
locos. Ahora resulta que figuramos en la cabeza de los movimientos
sociales (15M, Plataformas Afectados por la Hipoteca, SAT, etc.)
cuando, en realidad, SIEMPRE hemos estado ahí, al pie del cañón.
Pero, ¿Por qué tanto miedo? ¿Por qué tanto miedo en reconocer lo
que era una verdad evidente, una carta al descubierto? Tarde o
temprano las consecuencias del ritmo frenético de vida que
llevábamos íban a aparecer, estaban a la vuelta de la
esquina,...
Tiene gracia que con todo y con eso, apelen al
“hombre de las cavernas” o al “hombre de Neanderthal” para
indicarnos dónde estaríamos sin la vida moderna que hemos llevado.
Es decir, pese a que estamos siendo desahuciados de nuestras propias
viviendas en pleno siglo XXI, por lo menos NO estamos como en los
tiempos de Maricastaña. Esto es como decir que si no fuera por la
playstation, estaríamos sin juego, el niño no sabría jugar,...
Pues NO!!!, independientemente de la playstation, el niño aprendería
a jugar a otros juegos. Independientemente de este tipo de vida que
hemos llevado, la humanidad se habría desarrollado de otra forma y
NO tendríamos porqué estar ahora como el “hombre de las
cavernas”. Lo que pasa, es que desde siempre nos han vendido este
tipo de vida moderno como el mejor, y, eso, NO tiene porqué ser así.
En esta mala venta o venta engañosa, venta en la que nos han
engañado, tiene mucho que ver el empleo de la autoridad. Es decir,
nos hacen creer que la autoridad es necesaria y que además es buena
porque nos salva del “salvajismo”. Así, llegamos a
acostumbrarnos a regirnos por lo que dicten las religiones, el
Estado, o los jefes de empresa. Sin embargo, la historia nos ha
venido demostrando cuánto daño hace la autoridad, cuánto daño se
hace en nombre de la autoridad (guerras, conquistas,
explotación,...). Otra cosa es que NO queramos darnos cuenta. La
Santa Inquisición era una autoridad, el régimen de Franco también
lo era, los gobiernos,... ¿Es realmente necesario todo esto? Cuando
a mí me dicen “no, pero se podría llegar a un consenso...”
¡Aja! Pero si hay consenso, ya NO habría autoridad. Estaríamos
hablando de otra cosa, de una puesta en común, de una horizontalidad
entre personas,... ¿O acaso ha habido alguna vez consenso entre el
emperador de roma y el esclavo que tenía que pelear contra los
leones en el circo?
Miren ustedes, tal vez hayan existido
--antes de la “civilización avanzada o modernización del ser
humano”-- otros modos de vida (estoy totalmente seguro de ello)
basados esencialmente en el ocio y NO en el trabajo. Otros modos de
vida que estaban totalmente en armonía con la naturaleza, que
consideraba la igualdad entre sexos y que gozaba de buena salud
mental y corporal. Tal vez hayan existido. Yo, que soy un admirador
de las costumbres indígenas, así lo creo. Evidentemente, estos
modos de vida existieron antes de la sumisión a los curas, a los
reyes y a los patrones. El problema, pienso yo, es que hemos vivido
durante mucho tiempo, ignorando la alienación y la dominación a la
que estábamos siendo sometid@s. NO pensábamos mientras estábamos
atad@s al trabajo o, si lo hacíamos, creíamos que NO íba con
nosotr@s, que NO estábamos siendo manipulad@s,... Y si lo estábamos,
poco nos importaba, porque nos daban golosos salarios a cambio de
ser... ¿explotad@s? (No se me ocurre otra palabra...)
Otro
de los problemas que tenemos es que creemos que NO ha existido una
civilización más inteligente que la nuestra. Esto, más que un
problema es un error. Porque nosotr@s vivamos una vida moderna NO
significa que seamos l@s más inteligentes. Pongo a mi bisabuelo
Antonio Briante Caro por ejemplo: fue un hombre sabio --campesino,
poeta, escritor, arqueólogo, profesor de francés--, un hombre
absolutamente autodidacta. Vivió en otra época y estoy seguro
--pongo la mano en el fuego-- de que era más inteligente que
cualquiera de los “intelectualoides” de hoy día. Hay
investigaciones y estudios de arqueólogos y científicos que indican
que los humanos de épocas anteriores poseían una inteligencia como
mínimo igual a la nuestra. Lo que pasa es que, claro, los pobres NO
poseían la tecnología que tenemos hoy día. Pero, la tecnología es
cuestión de tiempo y de otros factores, NO de inteligencia. Claro
que, tampoco les hacían falta a nuestros antepasados la tecnología
de la que disponemos hoy. Si os fijáis bien, un indígena del
amazonas o un Masái NO necesita una antena parabólica o un
mocroondas último modelo. ¿Para qué lo iban a necesitar? Ellos NO
conciben la idea de cambiar su natural modo de vida por la
complejidad social y técnica que tenemos nosotr@s. Sin embargo, sí
son felices y tienen valores que nosotr@s --l@s de la vida moderna--
hemos ido perdiendo: el compartir y repartir los alimentos por igual
entre todos los miembros de la tribu.
A diferencia de otras
civilizaciones, a nosotr@s se nos exige competitividad;
competitividad en el trabajo, y si para ello tenemos que pisarle la
cabeza al compañero por tal de ser el primero, pues se la pisamos.
Nos pasamos más de media vida compitiendo, enfrentándonos un@s con
otr@s, midiendo nuestras fuerzas, nuestras capacidades, intentando
ser los primeros en todo. Desde pequeñit@s nos dicen: “Hij@,
tienes que ser el mejor.” Desde las empresas, las patronales, los
ayuntamientos, las distintas instituciones en definitiva, nos exigen
tener un buen currículum. Lanzan ofertas de trabajo donde requieren
“equis” años de experiencia; cuantos más mejor... Dios mío,
tan sólo existe un momento en nuestra vida en el que NO somos
competitivos, dejamos de serlo, y es cuando estamos muriéndonos,
cuando somos viej@s. ¿Alguien ha visto alguna vez a un pobre viejo
enfermo y lleno de dolores de huesos COMPITIENDO con otro? Sí!!,
jugando al dominó en una residencia. Tiene guasa la cosa...
Pregunten a es@s pobres anzian@s si les gustarían llevar la vida que
han llevado, si vivieran otra vez... Anda, pregunten... La mayoría
te dirán que NO.
Decía John Zerzan --filósofo primitivista
y autor Anarkista estadounidense; de los más radicales que hay...--
que para ser felices, el ser humano habría de volver a la sociedad
cazadora-recolectora que había antes; es decir, volver a los modos
de vida prehistóricos. Hombre, yo pienso que NO tanto como eso, pero
lo respeto y lo entiendo. El ser humano lleva recorrido un camino; NO
es bueno, pero lo lleva transitado y eso, queramos o NO, marca, deja
huellas,... Además, ¿dónde queda la agricultura, por ejemplo? La
agricultura NO es mala si es sostenible. La agricultura ecológica NO
está reñida con la armonía de la naturaleza y además puede ser
perfectamente compatible. Lo que NO es compatible es el modo de vida
destructivo inherente al capitalismo ('destructivo' en todos los
aspectos ¿eh?); y es contra eso por lo que debemos luchar.
NO
cabe dudas de que el trabajo, el mundo laboral como tal, está basado
NO sólo en la explotación del hombre por el hombre, sino del hombre
hacia la naturaleza, con todo lo que eso conlleva. NO todos lo
puestos de trabajo, pero sí la gran mayoría. ¿Alguien sabría
decirme cuánto NO se daña al paisaje en la construcción de una
casa? Por ejemplo, ahí en Costa Ballena (Rota, Cádiz), cerquita de
la playa, con campo de golf al ladito y todo... ¿Se gasta agua o NO
se gasta agua? ¿Cuánto? ¿Existe algún proyecto urbanístico de
construcción meramente ecológico?
Vamos con otro ejemplo
referente al mundo laboral, para que veáis cuánto contribuye el
trabajo en la destrucción del planeta: la fábrica de armas. Ustedes
me diréis: “¡Hombre, Marín! ¿La fábrica de armas?.” Vamos a
ver, ¿es o NO es un trabajo?. Todo o casi todo el mundo se
manifiesta en contra de las guerras, pero, ¿cuánta gente trabaja en
la fabricación de armas?. Tanques, buques, aviones de guerra,...
Pero las preguntas NO son estas. La pregunta es: ¿Es
necesario todo esto? ¿Es necesario partirnos el pecho en el trabajo
para poder vivir? NO ya para vivir bien --porque bueno... ¿Vivir
bien? El rey y su familia, creo-- sino simplemente para vivir. La
gente lo que quiere es vivir, NO morir en vida: trabajar como un mulo
para NO disfrutar de nada, ni siquiera de tiempo para ti,... Una vida
de perros...
Antes, tiempos atrás, pensábamos que mientras
estuviéramos trabajando TODO nos íba a ir bien; pero ahora, much@s
nos paramos y nos preguntamos que NO nos salen bien las cuentas, que
NO tenemos ni un duro, que debemos dinero (encima...).
Empecé
este artículo diciendo que NO sabía hasta qué punto ha contribuido
el trabajo en la crisis mundial que tenemos. Sin embargo, sé que el
trabajo, más que beneficiarnos a nosotr@s, ha beneficiado --y con
creces-- a los grandes empresarios, a los bancos y a los distintos
gobiernos, que son los que nos han explotado y los que han creado
esta crisis que nos toca sufrir.
Yo NO digo como Zerzan que
haya que volver a la prehistoria, pero sí volver a recuperar valores
humanitarios y de fraternidad que se han perdido. Es la única manera
que tenemos de salir del pozo en que estamos metid@s. Cuando un/a
compañer@ se cae al suelo, NO hay que pisotearlo, sino darle la mano
para que se levante. (Marin El Punki - Perro Loko).