Pues yo pienso que una persona
consciente ha de tener siempre una actitud crítica con su entorno.
Esta actitud crítica debe ser a su vez constructiva, porque es muy
fácil ponernos a rajar sin aportar alguna solución al problema. La
protesta tiene sentido siempre y cuando se predique con el
ejemplo.
Tener una actitud crítica con el entorno es señal de que nos preocupamos por las cosas que nos rodean. Sin embargo, con el avance de los medios de comunicación (internet, televisión, radio,...) nuestra realidad se amplía, se hace más grande... NO hace falta decir que a través de internet nos llegan noticias de lo que está sucediendo en la otra parte del globo y si encendemos la televisión, pues tres cuartas partes de lo mismo. Hace muchos años, nuestr@s abuel@s y bisabuel@s tan sólo conocían aquello que tenían a primera vista. Ell@s mism@s suelen decir: "Hij@ mí@, nosotr@s teníamos los ojitos cerrados". Es decir, el ámbito de preocupación de nuestr@s abuel@s y bisabuel@s tan sólo abarcaba a sus familiares, la casa y poco más.
Hoy en día parece afectarnos más la muerte de un presidente extranjero que la muerte de un vecino que vivía en malas condiciones [por poner un ejemplo...]. NO estoy diciendo que esto sea bueno o malo. NO soy nadie para juzgar los sentimientos de las personas, pero el hecho de que nos pueda afectar más un determinado incidente ocurrido a miles de kilómetros, que lo que haya sucedido en nuestro propio entorno, se debe a la información que fácilmente tenemos a nuestro alcance. Por supuesto, los medios de comunicación se encargan de que así ocurra, de ofrecernos esa información.
Vemos entonces cómo nuestra área de la realidad se amplía; nuestro mundo --el cuál para nuestr@s abuel@s era más limitado, más reducido...-- ahora se hace más grande. Muchas veces conocemos más de lo lejano que de lo que tenemos aquí al lado. El problema, pienso yo, que puede haber con esto es cuando desbordamos demasiada afectividad ante algo o alguien lejano y, sin embargo, NO sentimos nada sobre algo o alguien cercano. Estaríamos entonces preocupándonos más por lo ajeno que por lo nuestro, y sin recibir nada a cambio, que es lo malo; porque,... díganme ustedes si esas lágrimas que hemos derramado por la muerte de un presidente extranjero, él las echaría también por nosotr@s. Habría que preguntarse si las personas que organizan su mundo afectivo a través de los medios de comunicación (televisión, prensa del corazón, internet, etc.), llegando a sentir verdadera devoción hacia alguien o algo lejano, lo hacen o NO para paliar su soledad. Si es así, yo creo que la situación es para preocuparse, puesto que lo ideal sería relacionarnos con personas cercanas, tener amistades reales, fomentar el compañerísmo,... Sólo de esta forma podemos cambiar las cosas que nos rodean. (Marin El Punki - Perro Loko).
Tener una actitud crítica con el entorno es señal de que nos preocupamos por las cosas que nos rodean. Sin embargo, con el avance de los medios de comunicación (internet, televisión, radio,...) nuestra realidad se amplía, se hace más grande... NO hace falta decir que a través de internet nos llegan noticias de lo que está sucediendo en la otra parte del globo y si encendemos la televisión, pues tres cuartas partes de lo mismo. Hace muchos años, nuestr@s abuel@s y bisabuel@s tan sólo conocían aquello que tenían a primera vista. Ell@s mism@s suelen decir: "Hij@ mí@, nosotr@s teníamos los ojitos cerrados". Es decir, el ámbito de preocupación de nuestr@s abuel@s y bisabuel@s tan sólo abarcaba a sus familiares, la casa y poco más.
Hoy en día parece afectarnos más la muerte de un presidente extranjero que la muerte de un vecino que vivía en malas condiciones [por poner un ejemplo...]. NO estoy diciendo que esto sea bueno o malo. NO soy nadie para juzgar los sentimientos de las personas, pero el hecho de que nos pueda afectar más un determinado incidente ocurrido a miles de kilómetros, que lo que haya sucedido en nuestro propio entorno, se debe a la información que fácilmente tenemos a nuestro alcance. Por supuesto, los medios de comunicación se encargan de que así ocurra, de ofrecernos esa información.
Vemos entonces cómo nuestra área de la realidad se amplía; nuestro mundo --el cuál para nuestr@s abuel@s era más limitado, más reducido...-- ahora se hace más grande. Muchas veces conocemos más de lo lejano que de lo que tenemos aquí al lado. El problema, pienso yo, que puede haber con esto es cuando desbordamos demasiada afectividad ante algo o alguien lejano y, sin embargo, NO sentimos nada sobre algo o alguien cercano. Estaríamos entonces preocupándonos más por lo ajeno que por lo nuestro, y sin recibir nada a cambio, que es lo malo; porque,... díganme ustedes si esas lágrimas que hemos derramado por la muerte de un presidente extranjero, él las echaría también por nosotr@s. Habría que preguntarse si las personas que organizan su mundo afectivo a través de los medios de comunicación (televisión, prensa del corazón, internet, etc.), llegando a sentir verdadera devoción hacia alguien o algo lejano, lo hacen o NO para paliar su soledad. Si es así, yo creo que la situación es para preocuparse, puesto que lo ideal sería relacionarnos con personas cercanas, tener amistades reales, fomentar el compañerísmo,... Sólo de esta forma podemos cambiar las cosas que nos rodean. (Marin El Punki - Perro Loko).
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