Rockero y Semanasantero. Lo mismo te
cantaba una canción en inglés, que en francés, en italiano o en
español y si NO lo entendías, ese era tu problema, por NO saber de
idiomas.
Hoy quiero dedicarle un pequeño
homenaje al, quizás, más grande de los exponentes del llamado Rock
sevillano: Silvio Fernández Melgarejo.
Dicen que para ver a SILVIO en
condiciones había que ir TRES veces al concierto porque las dos
primeras lo mismo te salía más “achispado” de la cuenta o lo
mismo NO te salía sobre el escenario. Pero SILVIO era SILVIO y la
gente iba a lo que iba… Y, sabía a lo que iba. Porque una cosa es
ir y otra muy distinta es saber a dónde ir.
En cualquier caso, un concierto de
SILVIO era inimitable.
Era el único capaz de cantarle al
Betis siendo del Sevilla Fútbol Club, a la legión y a todas las
vírgenes de Sevilla, al Rey San Fernando por ser el conquistador de
la ciudad y al amor desde lo más profundo del sentimiento.
Era el
único capaz de gritar sobre el escenario cosas como “¡Viva
España!, ¡Viva Roma! y ¡Viva la Benemérita!, ¡Cuerpo a tierra! o
¡Dentro, iuu!” y quedar bien ante el público e incluso llegar a
resultar divertido.
Sin lugar a dudas, para mí SILVIO fue
un bohemio, un señor que veía y vivía la vida desde otro prisma.
Nació en La Roda, Sevilla, el 8 de
agosto de 1944, hijo de una gitana y del redactor jefe del ABC.
Contrajo matrimonio con una rica heredera aristócrata vinculada
además a la familia real de Inglaterra. El matrimonio duraría poco
pero de él nació Sam Taylor, su hijo, el cuál sin haber llegado a
conocer a su padre empezó como él tocando la batería en un grupo
para convertirse después en cantante.
SILVIO, creo yo, tenía al encanto
romántico que solamente caracteriza a los personajes malditos y
autodestructivos del Rock. Recuerdo a Jualma y a Iosu de ESKORBUTO,
ambos fallecidos en 1992 con pocos meses de diferencia como
consecuencia de la droga; Kurt Cobain, que dejó la frase de «es
mejor quemarse que apagarse lentamente»; Jimi Hendrix; Janis Joplin;
Keith Moon (batería de The WHO); Bon Scott, y tant@s otr@s artistas.
A pesar de todo, cuando hablamos de
SILVIO, hablamos de un señor que vivia la vida a su manera, haciendo
de ella (si cabe) una fiesta continua. NO se dejaba arrastrar por
egoísmos, por nimiedades, por envidias, por ser el más,…
Simplemente vivió el presente quizás de manera más intensa que el
resto de la gente, sin importarle demasiado el futuro pero tampoco el
pasado.
SILVIO, una leyenda incluso hasta mucho
tiempo antes de su fallecimiento.
"Somos tan católicos que NO
necesitamos ni practicar." Silvio Fernández Melgarejo.
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