Woodrow
Wilson Guthrie,
nació en Oquemah, Estado de Oklahoma, el 14 de julio de 1912. Sus
padres le dieron el nombre del presidente Woodrow
Wilson,
elegido ese mismo año.
A
los 15 años, Woody Guthrie era un desastre en el colegio,
limpiaba zapatos y recogía botellas vacías o chatarra para
venderla.
A
los 17, se mudó con su familia a Pampa, Texas, después de que a su
padre le diesen trabajo en una empresa petrolífera. Con el
incipiente oro negro, Guthrie tenía opiniones claras sobre el
nuevo mundo, donde unos ganaban mucho y otros apenas tenían para
tirar.
A
los 19 años, dejó su hogar para instalarse por su cuenta en Texas,
donde conoció a Mary Jennings y se casó con ella. Tuvieron
tres hijos: Gwen, Sue y Bill. Por entonces,
Woody Guthrie hizo su primer intento de dedicarse a la música,
pero NO prosperó. Se vio obligado, a causa del Dust
Bowl (una de las peores sequías del siglo XX) a dejar a su
familia en Texas y marchar a California, junto con numerosos
granjeros y desempleados del Medio Oeste, genéricamente conocidos
como “okies” (de Oklahoma), aunque también procedían de
otros estados, como Kansas, Tennessee, Georgia y el mismo Texas.
Hambriento y sin dinero, fue testigo de la terrible pobreza de sus
compatriotas. La huella de su viaje hasta California se encuentra en
muchas de sus canciones.
En
1937, Woody Guthrie alcanzó cierta popularidad en Los Ángeles
tocando música hillbilly y folk en la radio. Componía e
interpretaba canciones-protesta. Todas sus letras se ponían del lado
de los oprimidos.
Entre
marzo de 1937 y septiembre de 1941, el músico se embarcó en una
serie de viajes (siete al menos) alrededor de los Estados Unidos. En
aquellas travesías, era un aventurero con guitarra, sin ataduras, en
continua supervivencia. Robó fruta en las plantaciones, pescó en
los ríos y cazó conejos en los campos. Las chozas de los
inmigrantes desheredados en su propia tierra fueron lugar de descanso
y desamparo de Guthrie.
El músico, también durmió bajo los puentes, aprendió qué clase de penitencia pasaba el obrero y el campesino en suelo americano.
El músico, también durmió bajo los puentes, aprendió qué clase de penitencia pasaba el obrero y el campesino en suelo americano.
En
1939 se trasladó a Nueva York, donde se integró en el ambiente
político izquierdista. En Nueva York hizo sus primeras grabaciones
de importancia. Empezó también a escribir una narración
semiautobigráfica sobre sus experiencias en los años del Dust
Bowl, que se publikaría en 1943.
Guthrie decidió convertirse en testigo de su tiempo. Como escribió en su autobiografía: “Con el negocio del petróleo en picado, el trigo llevado por el viento y la gente trabajadora dando tumbos asediada por hipotecas, deudas y facturas, enfermedades y preocupaciones de toda condición ruinosa, vi que tenía material para crear canciones”.
Guthrie decidió convertirse en testigo de su tiempo. Como escribió en su autobiografía: “Con el negocio del petróleo en picado, el trigo llevado por el viento y la gente trabajadora dando tumbos asediada por hipotecas, deudas y facturas, enfermedades y preocupaciones de toda condición ruinosa, vi que tenía material para crear canciones”.
A
lo largo de los años 1939 -1949, Woody Guthrie escribió
diariamente una columna de opinión para un periódico del Partido
Comunista (el People’s Daily World) acerca de la
problemática de los inmigrantes del Medio Oeste en California.
Militó también durante algunos años en el sindicato Industrial
Worquers of the World (Trabajadores Industriales del Mundo).
En
mayo de 1941, Woody
Guthrie
recibió el encargo del departamento de interior de escribir
canciones acerca del río Columbia y la construcción de las presas
federales. Son
conocidas sus canciones “Roll
On, Columbia”
y “Grand
Coulee Dam”.
Por
esa misma época, conoció al músico Pete
Seeger
y se unió al grupo ALMANAC SINGERS, con el que realizó giras por
todo el territorio de Estados Unidos. Se trasladó a vivir a la
cooperativa Almanac House, en Greenwich Village.
Aunque
Guthrie y los ALMANAC SINGERS habían cantado canciones
pacifistas en sintonía con la causa comunista, adoptaron un
beligerante antifascismo. Es famosa la frase que Woody Guthrie
escribió en su guitarra: “This
Machine Kills Fascists” (“Esta máquina mata
fascistas”).
El
grupo ALMANAC SINGERS, en un principio se opuso a la entrada de
Washington en la Segunda Guerra Mundial, más cuando Stalin
pactó kon Hitler en 1939. La participación en la guerra
significaba ir contra la Rusia comunista. Sin embargo, los ALMANAC
SINGERS, influenciados por Guthrie, terminaron apoyando la
lucha contra el nazismo para dar sentido a sus ideales de
transformación global. Woody Guthrie se enroló en la marina,
en la que sirvió junto al también cantante folk Cisco Houston,
y después en el ejército.
Después
del ataque japonés de Pearl Habor en 1941, el FBI intensificó sus
persecuciones comunistas y la sociedad receló del discurso de los
cantantes. Los ALMANAC SINGERS dejaron de actuar.
En
1942, Woody Guthrie conoció a Marjorie Mazia, con la
que contrajo matrimonio en 1945, mientras se encontraba de permiso.
Se instalaron en una casa en Mermaid Avenue, en Coney Island, y
tuvieron cuatro hijos –incluyendo a Cathy, que murió a los
cuatro años en un incendio, lo que causó a Guthrie una
fuerte depresión–. Su hijo Arlo Guthrie sería también un
famoso cantautor.
La
América de Guthrie NO estaba bendecida por Dios, como
pretendían hacer creer a la ciudadanía, él NO daba gracias a Dios.
El cantautor de Oklahoma señalaba otro rumbo, subido a un tren de
mercancías o en la parte de atrás de una furgoneta de segunda mano…
Hasta que a finales de la década de 1940, su salud empeoró.
Mostraba una conducta errática. Abandonó a su familia y viajó a
California con Ramblin’ Jack Elliott. Allí contrajo un
tercer matrimonio y tuvo otro hijo, antes de regresar finalmente a
Nueva York. Se le diagnosticó inicialmente alcoholismo y
esquizofrenia, pero se terminó descubriendo que padecía la
Enfermedad de Huntington, que había causado la muerte de su
madre. Estuvo ingresado en el Greystone Park Psychiatric Hospital
de 1956 a 1961, y, posteriormente, en la Creedmoor Mental
Institution en Queens, donde fallezió el 3 de octubre de 1967.
“Canto
para hacer que te sientas orgullos@ de tí mism@ y de tu trabajo”,
declaró Guthrie en mitad de la tormenta de sus tiempos.
En
sus memorias, Bob Dylan, que abandonó su pueblo de Minnesota
para conocer en persona al ídolo de su vida, cuenta que se sintió
como si le transmitiese su energía. Cierto: su legado quedaba en
buenas manos.
En
“Los vagabundos de la cosecha”, obra periodística de la
Gran Depresión, Steinbeck escribía en uno de sus artículos:
“Un hombre a
quien llevan de un lado a otro como una bestia, rodeado de guardias
armados, hambriento y obligado a vivir entre la suciedad, pierde su
dignidad, esto es, pierde el lugar que legítimamente le corresponde
en la sociedad”. A ese lugar, a esa dignidad, cantaba
con todo el espíritu Woody Guthrie.
Woody
Guthrie representa
todavía la voz de la clase trabajadora estadounidense. La voz del
tipo que NO fue bendecido, del hombre que la fortuna dejó varado en
mitad de la carretera, pero cuya entereza era hierro forjado. La vida
de este músico inquieto está marcada por la superación ante la
catástrofe y la desidia.
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