jueves, 2 de junio de 2016

Un día se paró uno por la calle a hablar konmigo y, como tenía muchas ganas de charla, me contó:
- "¿Sabes? Ayer me pasó lo más grande del mundo... Estaba yo tan tranquilo, dándome un paseito por la playa de Sanlucar y se me desataron los cordones del zapato. Entonces, me agaché para amarrármelos y de repente vino un nota corriendo con una silla de montar y me la encasquetó en la espalda. A continuación, el nota dio un respingo y se subió detrás de mí."
- "¿Y qué pasó?".- Le pregunté yo al kolega y me contestó:
- "Ná', que quedé segundo."

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