viernes, 6 de enero de 2017

NO sé si habréis visto la película de "El nombre de la rosa", pero existe una historia acerca de un monasterio benedictino en lo alto de un acantilado. El monasterio estaba a bastante altitud y la única manera de llegar a él, era montándote en una cesta que estaba atada a una cuerda. Algunos monjes tirarían de la cuerda con todas sus fuerzas para subir la cesta.

Obviamente, el trayecto hasta el acantilado escarpado en la cesta era aterrador. Un turista se puso muy nervioso a mitad del camino y hasta se dio cuenta de que la cuerda por la que fue suspendido era vieja y deshilachada. Con voz temblorosa, le pidió al monje que viajaba con él en la cesta: con qué frecuencia cambiaban la cuerda.
El monje pensó por un momento y le respondió:
- "Cada vez que se rompe!."

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