domingo, 5 de febrero de 2017

El anciano tenía 85 años y la anciana 80. Se conocían desde hacía muchísimos años, prácticamente desde que eran jóvenes. De pronto un día hubo una cena comunitaria en el Hogar del Pensionista y a los dos ancianos les tocó sentarse en la misma mesa, uno frente al otro. A medida que avanzaba la comida, ambos se miraron cariñosamente y finalmente el anciano se armó de valor para preguntarle a la anciana:
- “¿Quieres casarte conmigo?.”

Después de una pausa, que para el anciano fue dramática, ella respondió:
- “Sí, Sí, lo haré.”

La comida terminó con unos cuantos de intercambios más de miradas agradables y cada uno se fue a sus respectivas casas.

A la mañana siguiente el anciano se levantó un poco confuso: «¿Dijo "sí " o dijo que NO?.»
NO podía recordar. Por mucho que lo intentara, él simplemente NO podía recordar. Ni siquiera un vago recuerdo. Con agitación, se fue al teléfono y la llamó.

En primer lugar, él le explicó a ella que NO recordaba las cosas tan bien como lo hacía antes. Luego le hizo saber que había pasado una preciosa noche y que la cena había estado muy bien. Conforme el anciano iba hablando por teléfono, ganó un poco más de valor y finalmente le dijo:
- “...Oye, cuando le pregunté si quiere casarse conmigo, ¿Usted dijo que Sí o usted dijo que NO?.”
La anciana le respondió:
- “Yo te dije «Sí, Sí, lo haré», y lo decía con todo mi corazón.”
El anciano estaba encantado de escuchar a la anciana decir eso. Luego la anciana prosiguió:
- “...Y estoy muy contenta de que hayas llamado, porque NO podía recordar si me lo habías pedido o NO.”

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