Un hombre se disponía a volver a casa después de un largo viaje de negocios fuera de la ciudad. Justo antes de coger el avión, se acordó de su hijo y le compró un cachorrito como regalo. Sin embargo, NO tuvo tiempo para conseguir la documentación del animal y así poder llevarlo a bordo. Entonces, al hombre se le ocurrió ocultar el cachorro en la parte delantera de sus pantalones y se sentó en el avión.
Durante el viaje, una azafata notó que
el hombre estaba agitado y tembloroso.
- "¿Estás bien, señor?".- Le preguntó.
- "Sí, estoy bien. Gracias".- Dijo el hombre.
- "¿Estás bien, señor?".- Le preguntó.
- "Sí, estoy bien. Gracias".- Dijo el hombre.
Más tarde, la azafata se dio cuenta de
que el hombre volvía a estar agitado y tembloroso de nuevo.
- "¿Estás seguro de que estás bien, señor?."
- "Sí --dijo el hombre-- pero tengo una confesión que hacerle... NO he tenido tiempo para tramitar la documentación y traer un cachorrito a bordo, así que lo he tenido que esconder en la parte delantera de mis pantalones."
- "¿Y qué pasa? --le preguntó la azafata-- ¿es que NO está domesticado?."
Y contestó el hombre:
- "NO, ese NO es el problema. El problema es que NO está destetado todavía!!."
- "¿Estás seguro de que estás bien, señor?."
- "Sí --dijo el hombre-- pero tengo una confesión que hacerle... NO he tenido tiempo para tramitar la documentación y traer un cachorrito a bordo, así que lo he tenido que esconder en la parte delantera de mis pantalones."
- "¿Y qué pasa? --le preguntó la azafata-- ¿es que NO está domesticado?."
Y contestó el hombre:
- "NO, ese NO es el problema. El problema es que NO está destetado todavía!!."
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