domingo, 7 de julio de 2013

Órdenes

Las órdenes NO deberían estar para obedecerlas.

Si atendemos al significado de la palabra orden --por ejemplo: el capitán dio la orden de ataque-- en el contexto de nuestras vidas, indica 'mandato', un mandato que debemos obedecer. De esta manera, nos encontramos con que cualquiera nos puede dictar mandatos y nosotros nos disponemos a ejecutarlos.

Nuestra vida, la vida de los seres humanos, está llena de mandatos. Desde que nacemos nos obligan a cumplir mandatos. El problema NO es tanto cumplirlos, sino quién o quiénes dan esos mandatos; porque, miren ustedes, si mi padre me da una orden --”niño, lávate las manos antes de comer”-- puede ser por mi propio bien; pero, ¿una orden proveniente de alguien que ni siquiera conozco?, ¿de un capitán?... En la vida podría haber --de hecho, los hay-- auténticos desalmados dictándonos órdenes y nosotr@s, tan sólo por ser órdenes, nos limitamos a cumplirlas (como fieles corderitos). Por esta razón, pienso que los seres humanos constituyen una especie en peligro. Me explico, considerando la naturaleza de las instituciones de las que provienen las órdenes y que nosotr@s estamos dispuest@s a obedecer, NO podemos vivir en un mundo en paz, en un mundo fuera de amenaza. Estamos en continuo riesgo y, probablemente, nosotr@s mism@s acabaremos por destruirnos en un periodo relativamente corto. Nos nos creamos que por el camino que llevamos, vamos a vivir más tiempo. Aquí NO vendrá una invasión de platillos volantes para exterminarnos; NO hará falta, nosotr@s mism@s nos destruiremos.

Otro problema que surge en cuanto al tema de las órdenes y su estricto cumplimiento por parte de la sociedad, es que quien(es) esté(n) dispuesto(s) a desobedecerlas o simplemente cuestionarlas, es/son llevado(s) directamente al paredón. Es decir, NO interesa en la vida de los seres humanos que existan revolucionarios. Ellos, los humanos, viven felices o creen vivir felices y NO interesa que algún “lunático” o “ido de la cabeza” venga a irrumpir la paz de sus casas. Sobre todo, NO interesa a las élites burguesas, aquellos capitanes que dan las órdenes y ostentan el poder. ¿Alguien ha visto alguna vez alguno de estos capitanes que sea pobre?...

Pero, esa paz fictícia NO es duradera, NO puede serla; NO porque los rebeldes vengan a romperla con su afán revolucionario, ¡ojalá si fuese así!, sino por la propia lógica del sistema. Un sistema NO puede mantenerse en completa armonía a base de cumplir órdenes, porque llega un momento en que ya NO queda nada intacto, virgen, libre, salvaje,... Y, al mismo tiempo, la gente se agota, cae vencida por el cansancio de tanto obedecer.

Si al principio pegamos los martillazos en el mismo sitio, este sitio acaba destrozado. Entonces, nos ordenan que los martillazos NO debemos darlo en la misma rodilla, sino que hay que repartir los golpes por todo el cuerpo para que así el dolor sea más soportable, más llevadero,... Pero llega un momento en que de tantos martillazos, también TODO nuestro cuerpo acaba reventado, hecho polvo... NO!, mire usted, lo que NO tendría que haber NUNCA son martillazos de ningún tipo, ni en la rodilla, ni en la cabeza, ni en ninguna parte. Ya verás como así NADA queda escacharrado.

Dicho de otra forma, si siempre talamos árboles de una misma zona del bosque, esta zona acaba en desierto. Entonces, los mandamases, los salva-patrias del mundo, nos ordenan que debemos talar árboles; sí, pero de distinas zonas del bosque, NO siempre de la misma. De esta forma, nos hacen creer que el bosque sigue estando ahí, que al producirse la tala de árboles en distintas zonas, es menos notoria, NO tiene importancia... Pero la realidad es otra, aunque NO la reconozcamos o NO la queramos reconocer, y es que llegará el día en que nos quedemos sin árboles y sin bosque. La única forma de NO acabar en desierto es la de NO talar árboles, y si se plantan más, pues mucho mejor. No sé si me explico... Nosotros NO debiéramos cumplir lo que nos dictan, y si hacemos lo contrario, pues igual puede tener un efecto recompensante ¿Por qué no?. ¿Por qué NO habría de tener algún beneficio el hecho de soltar el hacha y recoger sólo las ramas viejas que se hayan caído de los árboles? Pregunto...

Pero al ser humano lo han ido enseñando a que debe dar martillazos por doquier, a que debe talar árboles, a que está en el mundo para cumplir órdenes de los que están arriba... ¿Os habéis preguntado? Rara vez, yo creo que nunca, una orden viene dada por quien(es) se encuentra(n) por debajo nuestr@ (me refiero en las jerarquías, las cuales para mí, NO tendrían que existir).

Evidentemente, detrás de cada orden existe algún interés, pues de otra forma NO se explica que las dicten. Suele pasar que detrás de cada orden está la realización del trabajo sucio. Por ejemplo, cuando un mando militar ordena a un recluta limpiar las letrinas, es porque dicho mando es incapaz de hacerlo o porque prefiere NO mancharse las manos. Cuando un antidisturbio se lía a dar porrazos a los manifestantes, es porque obedecen una orden derivada de los gobernantes, los cuales son incapaces de llevarla a cabo y prefieren mantenerse al margen, quedarse sentaditos en sus despachos, para NO manchar sus nombres y quedar ellos como los buenos de la película.

Si se le pregunta al antidisturbio por qué la emprende a hostias contra los manifestantes, te dirá que él NO quiere hacerlo pero que cumple una orden. Sin lugar a dudas, esto de las órdenes es una buena excusa para justificar su comportamiento irracional y violento. Pues, si al antidisturbio le ordenan que se tire a un pozo, habrá que ver si se tira o no. Si dijera que reparte palos porque le pagan dinero, por lo menos sería más honesto que responder que cumple una orden.

Bien, ¿y si NO hay órdenes, qué es lo que tendría que existir? Pues miren ustedes: sentido común. NO nos creamos que por muchas leyes que existan en el mundo vamos a estar mejor. Si existen muchas leyes, es síntoma de algo. Es porque vivimos en una sociedad cada vez menos segura. ¿En una sociedad donde nadie atosiga a nadie, qué necesidad tendría la existencia de tantas leyes? ¿Qué utilidad tendrían las órdenes en un mundo donde cada cual viviera en auténtica igualdad con los demás? ¿Voy a ordenar algo a mi vecino que es igual que yo y tiene lo mismo que yo? ¿Para qué? ¿Me obedecería teniendo él dos dedos de frente? Sería absurdo. Como dije antes, las órdenes las dan quienes se creen estar con capacidad de mando (los capitanes) y las obedecen quienes se creen estar en deber de cumplirlas. Alguien que NO se crea estar subordinado ante nada ni ante nadie, difícilmente acatará una orden (dirá: “A mí, de qué?!!”).

Aparte del dinero y la creencia de que cuantas más leyes mejor vamos a estar , existen otros factores que también influyen en los seres humanos para que éstos obedezcan órdenes: el miedo, el sometimiento, la disciplina, el engaño,... Curiosamente, las personas con alto nivel educativo y con gran capacidad crítica, son las que menos se dejan doblegar por las órdenes. Por esta razón, pienso que una sociedad basada en la plena igualdad, con amplios conocimientos sobre la vida y con un fuerte sentido de la justicia, NO necesita órdenes de ningún tipo para vivir y desarrollarse en paz y armonía con la naturaleza. Si nos fijamos en las culturas nativas o aborígenes, son las que menos leyes tienen ¿Por qué? Pues porque NO las necesitan. Todos sus miembros viven en igualdad de condiciones, porque tienen una educación que NO consiste en la acumulación de riquezas, sino en la preservación de la naturaleza. ¿Qué sentido tendría entonces la existencia de tantas leyes en medio de un pueblo cuyos objetivos entre sus habitantes son comunes? Ninguno, pienso yo. El pueblo que vive con los pies en la tierra, NO necesita dar órdenes, ni recibirlas. Haría las cosas por voluntad propia, NO porque alguien lo ordene.

Aun cuando las órdenes sean dictadas, debemos pararnos y analizarlas: ver a quien(es) beneficia(n), por qué se han dado,... Por ejemplo, si hay un incendio en un monte y las autoridades dan la orden de evacuar las viviendas que hay allí, lógicamente habrá que hacerlo, ya que nuestras vidas podrían estar en peligro. Ahora bien, si dan la orden de pegarnos un tiro, tú NO te vas a matar ¿no? ¿O acaso te harías el harakiri simplemente por tal de cumplir una orden? De todas formas, cuando accedemos a abandonar un hogar en caso de incendio (por ejemplo), es necesario hacer ver que lo hacemos porque nosotr@s queremos, NO porque venga un teniente coronel lleno de galones a decírnoslo. A ver, una cosa es hacer lo que creamos conveniente y otra muy distinta es hacer lo que nos obliguen. Contra esto último es contra lo que hay que luchar, si queremos ser personas libres. ¡¡Nada de imposiciones!! Ley y orden es kaos y desorden (Marin El Punki - Perro Loko).

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