Si atendemos al significado de la palabra orden --por ejemplo: el
capitán dio la orden de ataque-- en el contexto de nuestras vidas,
indica 'mandato', un mandato que debemos obedecer. De esta manera, nos
encontramos con que cualquiera nos puede dictar mandatos y nosotros nos
disponemos a ejecutarlos.
Nuestra vida, la vida de los seres
humanos, está llena de mandatos. Desde que nacemos nos obligan a cumplir
mandatos. El problema NO es tanto cumplirlos, sino quién o quiénes dan
esos mandatos; porque, miren ustedes, si mi padre me da una orden
--”niño, lávate las manos antes de comer”-- puede ser por mi propio
bien; pero, ¿una orden proveniente de alguien que ni siquiera conozco?,
¿de un capitán?... En la vida podría haber --de hecho, los hay--
auténticos desalmados dictándonos órdenes y nosotr@s, tan sólo por ser
órdenes, nos limitamos a cumplirlas (como fieles corderitos). Por esta
razón, pienso que los seres humanos constituyen una especie en peligro.
Me explico, considerando la naturaleza de las instituciones de las que
provienen las órdenes y que nosotr@s estamos dispuest@s a obedecer, NO
podemos vivir en un mundo en paz, en un mundo fuera de amenaza. Estamos
en continuo riesgo y, probablemente, nosotr@s mism@s acabaremos por
destruirnos en un periodo relativamente corto. Nos nos creamos que por
el camino que llevamos, vamos a vivir más tiempo. Aquí NO vendrá una
invasión de platillos volantes para exterminarnos; NO hará falta,
nosotr@s mism@s nos destruiremos.
Otro problema que surge en
cuanto al tema de las órdenes y su estricto cumplimiento por parte de la
sociedad, es que quien(es) esté(n) dispuesto(s) a desobedecerlas o
simplemente cuestionarlas, es/son llevado(s) directamente al paredón. Es
decir, NO interesa en la vida de los seres humanos que existan
revolucionarios. Ellos, los humanos, viven felices o creen vivir felices
y NO interesa que algún “lunático” o “ido de la cabeza” venga a
irrumpir la paz de sus casas. Sobre todo, NO interesa a las élites
burguesas, aquellos capitanes que dan las órdenes y ostentan el poder.
¿Alguien ha visto alguna vez alguno de estos capitanes que sea pobre?...
Pero, esa paz fictícia NO es duradera, NO puede serla; NO
porque los rebeldes vengan a romperla con su afán revolucionario, ¡ojalá
si fuese así!, sino por la propia lógica del sistema. Un sistema NO
puede mantenerse en completa armonía a base de cumplir órdenes, porque
llega un momento en que ya NO queda nada intacto, virgen, libre,
salvaje,... Y, al mismo tiempo, la gente se agota, cae vencida por el
cansancio de tanto obedecer.
Si al principio pegamos los
martillazos en el mismo sitio, este sitio acaba destrozado. Entonces,
nos ordenan que los martillazos NO debemos darlo en la misma rodilla,
sino que hay que repartir los golpes por todo el cuerpo para que así el
dolor sea más soportable, más llevadero,... Pero llega un momento en que
de tantos martillazos, también TODO nuestro cuerpo acaba reventado,
hecho polvo... NO!, mire usted, lo que NO tendría que haber NUNCA son
martillazos de ningún tipo, ni en la rodilla, ni en la cabeza, ni en
ninguna parte. Ya verás como así NADA queda escacharrado.
Dicho
de otra forma, si siempre talamos árboles de una misma zona del bosque,
esta zona acaba en desierto. Entonces, los mandamases, los
salva-patrias del mundo, nos ordenan que debemos talar árboles; sí, pero
de distinas zonas del bosque, NO siempre de la misma. De esta forma,
nos hacen creer que el bosque sigue estando ahí, que al producirse la
tala de árboles en distintas zonas, es menos notoria, NO tiene
importancia... Pero la realidad es otra, aunque NO la reconozcamos o NO
la queramos reconocer, y es que llegará el día en que nos quedemos sin
árboles y sin bosque. La única forma de NO acabar en desierto es la de
NO talar árboles, y si se plantan más, pues mucho mejor. No sé si me
explico... Nosotros NO debiéramos cumplir lo que nos dictan, y si
hacemos lo contrario, pues igual puede tener un efecto recompensante
¿Por qué no?. ¿Por qué NO habría de tener algún beneficio el hecho de
soltar el hacha y recoger sólo las ramas viejas que se hayan caído de
los árboles? Pregunto...
Pero al ser humano lo han ido
enseñando a que debe dar martillazos por doquier, a que debe talar
árboles, a que está en el mundo para cumplir órdenes de los que están
arriba... ¿Os habéis preguntado? Rara vez, yo creo que nunca, una orden
viene dada por quien(es) se encuentra(n) por debajo nuestr@ (me refiero
en las jerarquías, las cuales para mí, NO tendrían que existir).
Evidentemente, detrás de cada orden existe algún interés, pues de otra
forma NO se explica que las dicten. Suele pasar que detrás de cada orden
está la realización del trabajo sucio. Por ejemplo, cuando un mando
militar ordena a un recluta limpiar las letrinas, es porque dicho mando
es incapaz de hacerlo o porque prefiere NO mancharse las manos. Cuando
un antidisturbio se lía a dar porrazos a los manifestantes, es porque
obedecen una orden derivada de los gobernantes, los cuales son incapaces
de llevarla a cabo y prefieren mantenerse al margen, quedarse
sentaditos en sus despachos, para NO manchar sus nombres y quedar ellos
como los buenos de la película.
Si se le pregunta al
antidisturbio por qué la emprende a hostias contra los manifestantes, te
dirá que él NO quiere hacerlo pero que cumple una orden. Sin lugar a
dudas, esto de las órdenes es una buena excusa para justificar su
comportamiento irracional y violento. Pues, si al antidisturbio le
ordenan que se tire a un pozo, habrá que ver si se tira o no. Si dijera
que reparte palos porque le pagan dinero, por lo menos sería más honesto
que responder que cumple una orden.
Bien, ¿y si NO hay
órdenes, qué es lo que tendría que existir? Pues miren ustedes: sentido
común. NO nos creamos que por muchas leyes que existan en el mundo vamos
a estar mejor. Si existen muchas leyes, es síntoma de algo. Es porque
vivimos en una sociedad cada vez menos segura. ¿En una sociedad donde
nadie atosiga a nadie, qué necesidad tendría la existencia de tantas
leyes? ¿Qué utilidad tendrían las órdenes en un mundo donde cada cual
viviera en auténtica igualdad con los demás? ¿Voy a ordenar algo a mi
vecino que es igual que yo y tiene lo mismo que yo? ¿Para qué? ¿Me
obedecería teniendo él dos dedos de frente? Sería absurdo. Como dije
antes, las órdenes las dan quienes se creen estar con capacidad de mando
(los capitanes) y las obedecen quienes se creen estar en deber de
cumplirlas. Alguien que NO se crea estar subordinado ante nada ni ante
nadie, difícilmente acatará una orden (dirá: “A mí, de qué?!!”).
Aparte del dinero y la creencia de que cuantas más leyes mejor vamos a
estar , existen otros factores que también influyen en los seres humanos
para que éstos obedezcan órdenes: el miedo, el sometimiento, la
disciplina, el engaño,... Curiosamente, las personas con alto nivel
educativo y con gran capacidad crítica, son las que menos se dejan
doblegar por las órdenes. Por esta razón, pienso que una sociedad basada
en la plena igualdad, con amplios conocimientos sobre la vida y con un
fuerte sentido de la justicia, NO necesita órdenes de ningún tipo para
vivir y desarrollarse en paz y armonía con la naturaleza. Si nos fijamos
en las culturas nativas o aborígenes, son las que menos leyes tienen
¿Por qué? Pues porque NO las necesitan. Todos sus miembros viven en
igualdad de condiciones, porque tienen una educación que NO consiste en
la acumulación de riquezas, sino en la preservación de la naturaleza.
¿Qué sentido tendría entonces la existencia de tantas leyes en medio de
un pueblo cuyos objetivos entre sus habitantes son comunes? Ninguno,
pienso yo. El pueblo que vive con los pies en la tierra, NO necesita dar
órdenes, ni recibirlas. Haría las cosas por voluntad propia, NO porque
alguien lo ordene.
Aun cuando las órdenes sean dictadas,
debemos pararnos y analizarlas: ver a quien(es) beneficia(n), por qué se
han dado,... Por ejemplo, si hay un incendio en un monte y las
autoridades dan la orden de evacuar las viviendas que hay allí,
lógicamente habrá que hacerlo, ya que nuestras vidas podrían estar en
peligro. Ahora bien, si dan la orden de pegarnos un tiro, tú NO te vas a
matar ¿no? ¿O acaso te harías el harakiri simplemente por tal de
cumplir una orden? De todas formas, cuando accedemos a abandonar un
hogar en caso de incendio (por ejemplo), es necesario hacer ver que lo
hacemos porque nosotr@s queremos, NO porque venga un teniente coronel
lleno de galones a decírnoslo. A ver, una cosa es hacer lo que creamos
conveniente y otra muy distinta es hacer lo que nos obliguen. Contra
esto último es contra lo que hay que luchar, si queremos ser personas
libres. ¡¡Nada de imposiciones!! Ley y orden es kaos y desorden (Marin
El Punki - Perro Loko).
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