Escritora anarquista y feminista
estadounidense. Nació el 17 de noviembre de 1866 en Leslie,
Míchigan. En la actualidad es considerada precursora del feminismo
individualista, el cual defiende ke las mujeres asuman la
responsabilidad por sus propias vidas.
Su madre, Eliza, era una costurera a
domicilio. Su padre, Auguste de Cleyre, artesano socialista y
librepensador, le puso el nombre en honor a Voltaire.
Auguste de Cleyre recluyó a su hija por la fuerza en un convento católico en Sarnia (Ontario, Canadá) donde llegó a hacerse monja y vivió durante cuatro años.
Voltairine de Cleyre había huido del convento en dos ocasiones: la primera nadando en Port Huron (Michigan) y caminando 17 millas, pero su padre la volvió a internar, y la segunda escapó con éxito y nunca más regresó. Todo ese tiempo que estuvo encerrada en el convento le hizo ver que las religiones se fundamentaban en la represión.
Cuando dejó el convento, trabajó de institutriz, dando clases particulares de música, de francés, de escritura y de caligrafía; actividades que le permitieron ganarse la vida.
Dos experiencias marcaron su personalidad durante su juventud:
• Un discurso del abogado Clarence Darrow sobre el socialismo, que supuso su primer encuentro ante la problemática obrera y
• la ejecución de los trabajadores anarquistas, acusados de lanzar una bomba a la policía que intentaba disolver de manera violenta una manifestación pacífica en mayo de 1886, en Haymarket (Chicago). En dicha manifestación se reivindicaba la jornada laboral de ocho horas.
Tras los suzesos de Haymarket, Voltairine de Cleyre se decanta hacia el anarquismo, colaborando con Benjamin R. Tucker en su periódico "Liberty".
El 12 de junio de 1890 tiene un hijo, Harry, engendrado con el librepensador James B. Elliot. Pero, como Voltairine de Cleyre rechazó vivir con el padre de la criatura, éste se lo quitó y se lo llevó a Filadelfia. Madre e hijo tuvieron muy poco contacto, pero Harry adoraba a su madre y a su primera hija la bautizó con el nombre de Voltairine.
Con el pasar de los años, Voltairine de Cleyre evolucionó del anarquismo NO violento, que defendía la acción directa, a la defensa de la violencia cuando “en determinados momentos históricos, los actos de violencia fuesen el único medio de oposición a la explotación y a la tiranía".
Voltairine de Cleyre confiaba en la clase obrera. Como recordaba el poeta e historiador anarquista Dan Georgakas: “ella siempre se esforzó por dirigirse a la clase obrera y criticó a los anarquistas que, como Emma Goldman, se dirigían a los intelectuales y a las clases burguesas". En 1910, en Nueva York, durante un mitin, ella hizo mala cara ante los “respetables pasillos” llenos de “gente respetable”. “Me resulta absolutamente horrible -escribía ella- encontrar que el anarquismo se ha convertido en un capricho para los intelectuales”. En la revista de Mother Earth de Goldman declaraba: “camaradas, hemos caminado en una dirección... Nuestra tarea debe estar siempre entre los pobres, los abandonados, los hombres y las mujeres que realizan el duro y brutal trabajo del mundo".
La vida personal de Voltairine de Cleyre estuvo llena de desgracias. De joven, su gran amor Dyer Daniel Lum acabó por suicidarse en 1893. Ella, de naturaleza enfermiza y depresiva también intentó suicidarse al menos en dos ocasiones.
El 19 de diciembre de 1902, sobrevivió a un intento de asesinato, del que salió gravemente herida con tres disparos realizados por Herman Helcher, un antiguo alumno enloquecido y celoso que la acosaba frecuentemente. “A pesar de que se recuperó” -escribió Georgakas- “su salud se vio seriamente afectada. Consecuentemente con su carácter, rechazó presentar cargos contra su agresor recomendando que éste fuera tratado en un sanatorio mental y NO en una prisión”.
En 1912, cuando estaba en el momento más exitoso como escritora y oradora, enfermó, muriendo en Chicago el 6 de junio. Fue enterrada en el cementerio de Waldheim en Chicago, junto a los sepulcros de los anarquistas de Haymarket, cuya injusticia había inspirado su vida. Dos mil personas fueron a darle el último adiós.
Su anarcorfeminismo fue una lucha contra los ideales de belleza establecidos que hacían deformar los cuerpos de las mujeres. Luchó contra las prácticas educativas sexistas y también contra la violencia doméstica y las violaciones dentro del matrimonio. Como antimilitarista se mostró fuertemente en contra de los ejércitos en tiempos de paz, ya que lo único que hacen es que las guerras sean más probables, e hizo un llamamiento a la insumisión.
Por desgracia, pronto su trabajo fue olvidado y sus textos dejaron de publicarse y redactarse. Hubieron de pasar más de 50 años para que sus escritos fueran rescatados, coincidiendo precisamente con los movimientos feministas.
Sólo después de su muerte, Voltairine se hizo un elogio: "He muerto como viví, como un espíritu libre, una anarquista, sin deber ninguna lealtad a las leyes, ni a las terrenales, ni a las divinas".
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