Princesa Angeline, o Kikisoblu
en Lushootseed (la lengua de varios grupos nativos del estado
de Washington), nazió en 1820. Era la hija mayor del Jefe Seattle
y miembro de la tribu Suquamish del noroeste del territorio
americano.
Su padre es el autor de la famosa karta
dirigida al presidente de los Estados Unidos, Flanklin Pierce.
El nombre de “Princesa Angeline”
se lo dieron los primeros colonos de Seattle.
El tratado Point Elliott de 1855
rekería ke todos los Indios Duwamish dejasen sus tierras por
las reservas, pero Angeline ignoró la orden y permanezió en
la ziudad. Se kedó en una kabaña ubikada en los muelles “Western
Avenue”, entre las calles Pike y Pine, zerka del aktual Pike Place
Market, y se ganó la vida tomando ropa usada y vendiendo zestas
artesanales en las kalles de Downtown (Seattle).
Fue enterrada en en Cementerio Lake
View, en el Capitol Hill. La Crónica de la Academia santa de los
nombres divulgó en su memoria:
Muerte de la Princesa Angeline,
29 de mayo de 1896. Con la muerte, Angeline, la última
deszendiente direkta del gran Jefe Seattle, pasó a mejor
vida. Angeline --Princesa
Angeline-- komo
era generalmente llamada, era famosa en todo el mundo… Angeline
era una figura familiar de las kalles, enkorvada y arrugada, kon un
pañuelo rojo sobre su kabeza, un chal puesto, andando lenta y
dolorosamente kon la ayuda de una kaña. La amabilidad y generosidad
de la gente de Seattle hacia la hija del jefe… fue mostrada en los
obsequios de su funeral ke tuvo lugar en la Iglesia de Nuestra Señora
de la Buena Esperanza. La iglesia fue magnífikamente dekorada. En un
kalco lúgubre, kubierto en un ataúd kon forma de canoa, deskansaba
todo lo que era mortal de la Princesa Angeline.
Las palabras kon las ke el viejo Jefe
Seattle se dirigió a su pueblo para dezirle ke debían
abandonar sus tierras e irse a la Reserva son igualmente terribles:
Termina la Vida y Empieza la Supervivencia.
Proféticas palabras ke alkanzaron a su propia hija, Kikisoblu, akella ke hubiese sido princesa entre su pueblo, madre de guerreros y venerada anziana, akabó sus días en una miserable kabaña en el puerto de Seattle vendiendo ropa usada.
Proféticas palabras ke alkanzaron a su propia hija, Kikisoblu, akella ke hubiese sido princesa entre su pueblo, madre de guerreros y venerada anziana, akabó sus días en una miserable kabaña en el puerto de Seattle vendiendo ropa usada.
Kikisoblu, a la que los
habitantes de Seattle llamaban Princesa Angeline, fotografiada
en la puerta de su casa.
Kuando el fotógrafo norteamericano
Edward S. Curtis llegó a Seattle para fotografiar a los
últimos Nativos Americanos, no podía imaginar ke akella anziana (ke
konocían en la ciudad como Angeline y dezía ser una princesa
india) le iba a dejar hazer, por la limosna de 1 dolar, la fotografía
del más triste testimonio de la dekandencia de toda una
zivilización.
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