El otro día le dije a una amiga:
- "¿Por qué hablas tan rápido?."
Y ella, con muy malas pulgas, me contestó:
- "Y tú, ¿por qué escuchas tan lento?."
- "¿Por qué hablas tan rápido?."
Y ella, con muy malas pulgas, me contestó:
- "Y tú, ¿por qué escuchas tan lento?."
No hay comentarios:
Publicar un comentario