viernes, 7 de abril de 2017

El otro día me encontré con un kolega que hacía algún tiempo que NO veía. Le pregunté cómo le iba la vida y el nota me contó:
- "Volví a mi pueblo natal. Decidí visitar la casa en la que he crecido. Pedí a los ocupantes si podía entrar, y me dijeron «¡¡NOOO!!». No comprendo cómo mis padres pueden ser tan gruñones algunas veces!."

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