domingo, 24 de marzo de 2013

La verdadera Revolución

Pues yo pienso que la revolución hay que hacerla pero sin la toma del poder político. Actualmente mucha gente está obsesionada con los partidos, pues creen que en el momento en que uno de estos partidos --su favorito-- alcance el poder, todo cambiará. Esto es una falacia y además la propia historia nos lo ha venido demostrando.

Miren ustedes, del poder político NO hay que preocuparse. El poder político NO vale nada por sí solo. Es fuerte porque va de la mano del capitalismo y contra éste es con quien debemos luchar, NO por conquistar el trono en el palacio de la Moncloa. ¿Habéis visto alguna vez que el poder político valga para algo sin estar rodeado de sus ejércitos, cuerpos de seguridad, entidades financieras, medios de comunicación, etc? Sin estos apoyos, el poder político se vendría abajo por sí solo, se desmoronaría... Quítenle a un rey sus vasallos y NO sería rey.

Ahora bien, otras preguntas: ¿para qué sirve el poder político?, ¿a quién beneficia?. La primera pregunta --para qué sirve el poder político-- lo más probable es que nadie, ni ustedes mismos, la sepa(n) contestar. En cuanto a la segunda --a quién beneficia--, si le preguntamos a un desahuciado, que ha tenido que ir a vivir debajo de un puente, te responderá que a él desde luego que NO le ha beneficiado en nada.

Se tiende a identificar “poder político” con “administración del país”, “poder administrativo”,... Como si las personas NO supieran organizarse y administrarse por sí solas sin erigirse en poder político. He aquí el paternalismo al que nos tienen acostumbrados. Paternalismo, esa tendencia que tienen los gobiernos de aplicar las formas de autoridad, protección, salvación, etc., en prácticamente TODOS los ámbitos de nuestra vida cotidiana: desde las relaciones en el trabajo, hasta las relaciones sociales. NO hay ni un solo ámbito en nuestras vidas que NO esté libre del control de los gobiernos, y, cuidado con pretender cambiar la situación, exigir tus derechos,... Ya lo hemos visto cada vez que hay una manifestación “pacífica” por parte de la ciudadanía. Desde el poder, se intenta silenciar todo movimiento, toda protesta; se emplean a los antidisturbios para implantar el miedo, etc.

Sigamos con más preguntas: ¿es ésta la sociedad que queremos?, ¿una sociedad sumida siempre al poder político?, ¿una sociedad jerarquizada?. O, como decía Volin, el anarquista ruso en su libro "La Revolución Desconocida": ¿Ha habido un poder que haya convertido a una sociedad en feliz, armoniosa y organizada? Si es así, yo pregunto: ¿Cuál es ese poder y dónde ha convertido a esa sociedad en feliz, armoniosa y organizada? Precisamente, las sociedades carentes de poder político han sido las más felices de la historia. Consulten cómo se vivía en zonas donde la economía fue colectivizada. Esas zonas precísamente llegaron a existir también en España, poco antes de la dictadura franquista. ¿Por qué entonces nos quieren hacer creer que los pueblos por sí solos son incapaces de autogestionarse, que “por cojones” necesitan el poder político?

Amig@s míos, NO nos engañemos, ningún pueblo será libre mientras permanezca bajo el dominio del poder político. Como decía el dicho: “Cómo quieres que el Estado arregle tus problemas, si el problema es el Estado”. Yo soy de los que piensan que el pueblo debe proseguir su tarea revolucionaria dejando aislados a los partidos. En el momento en que depositemos nuestra esperanza en algún partido político como si fuese nuestro futuro salvador una vez llegue al poder, todo proceso revolucionario será inútil. El pueblo NO se salva con partidos, el pueblo se salva con sentido común, con compañerísmo, con unión,... Espero que abramos los ojos y empecemos a ver claro, que NO nos dejemos engañar por los políticos, que si dicen ser revolucionarios, sólo son revolucionarios de salón. (Marin El Punki - Perro Loko)

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