Mi padre, Miguel Marín Caro 'El
Chorla', tenía la voluntad de un oso. Cuando yo tenía siete u ocho
añitos se quitó del tabaco; NO porque se lo dijera el médico, sino
porque él quiso,... Porque por las noches tenía un pitido en los
pulmones que NO veas...
Mi padre fumaba tabaco de la marca
“Record” y mandaba a mi hermano Antonio a que se lo comprara en
el quiosco del Antonio 'El Sereno', que estaba en la esquina de la
Calle Del Sol, mi calle. Mi hermano Antonio, casi NO sabía hablar,
era un retaquito:
- “¡Dice mi padre que me dé un paquete de tabaco Deco!.”
Y el Sereno se echaba a reír y se lo daba.
- “¡Dice mi padre que me dé un paquete de tabaco Deco!.”
Y el Sereno se echaba a reír y se lo daba.
Recuerdo que una tarde en que nos
veníamos del campo, mi padre cogió la vereda del campo del 'Rubio
El Moyano' y se paró con la moto delante de la puerta de la casa.
Entonces, iba yo con los pies metidos en los cerones; me acuerdo yo
muy bien. Total, que como iba yo diciendo, se paró mi padre delante
de la casita del campo del 'Rubio El Moyano' y sin bajarse de la
moto, lo llamó:
- “¡Rubio, Rubiooooo!.”
En eso que sale el Rubio de la casa:
- “¡Qué paza, hombre?!!!.”
Y mi padre, sacándose el paquete de tabaco del bolsillo de la camisa, le dijo:
- “¡Toma, mi paquete de tabaco y mi meshero... que yo ya NO voy a fumá máh!.”
Y el 'Rubio El Moyano' empezó a reírse a carcajadas y le dijo a mi padre:
- “¿Qué NO ba a fumá tú máh? ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡¡Mañana,... mañana mismo está tú fumando!!.”
- “¡Rubio, Rubiooooo!.”
En eso que sale el Rubio de la casa:
- “¡Qué paza, hombre?!!!.”
Y mi padre, sacándose el paquete de tabaco del bolsillo de la camisa, le dijo:
- “¡Toma, mi paquete de tabaco y mi meshero... que yo ya NO voy a fumá máh!.”
Y el 'Rubio El Moyano' empezó a reírse a carcajadas y le dijo a mi padre:
- “¿Qué NO ba a fumá tú máh? ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡¡Mañana,... mañana mismo está tú fumando!!.”
Pero mi padre nunca más volvió a
coger un cigarro. Se había quitado radicalmente. Recuerdo que se iba
por la mañana muy temprano al campo y que volvía a casa casi por la
noche; porque sabía que si se venía antes, sería para comprar
tabaco. Al año siguiente, también se quitó del vino y ya NO volvió
a beber más.
Hoy mi madre se ha encontrado un viejo
paquete de tabaco del pobrecito de mi padre (que Diox lo tenga en su
gloria) y me ha dado por hacerle una fotografía, además de contar
esta historia. [Marin El Punki – Perro Loko. 28 de agosto de 2016].
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