Un trabajador de la rama agraria llamó
una mañana al capataz y le dijo:
- "Capatá, que hoy NO boi a trabajá, NO pueo í a poá. Estoy mu' malo; tengo un doló de cabeza que NO bea, pare. Me duele to' loh riñone, me duelen lah piernas... En fin, que estoy hesho porvo."
- "Capatá, que hoy NO boi a trabajá, NO pueo í a poá. Estoy mu' malo; tengo un doló de cabeza que NO bea, pare. Me duele to' loh riñone, me duelen lah piernas... En fin, que estoy hesho porvo."
Entonces, el capataz le dijo:
- "Manué, te nececito hoy. Tenemo tré liños de la viña vieja que hay que terminarlos. Mira, Manué, yo cuando me ciento enfermo, boi a mi esposa y le pido que me jaga el amó. Ezo me hace centí mejor y pueo í a trabajá. Haz, tú lo mismo, Manué."
- "Manué, te nececito hoy. Tenemo tré liños de la viña vieja que hay que terminarlos. Mira, Manué, yo cuando me ciento enfermo, boi a mi esposa y le pido que me jaga el amó. Ezo me hace centí mejor y pueo í a trabajá. Haz, tú lo mismo, Manué."
DOS horas más tarde, Manuel, volvió a
llamar al capataz y le dijo: "Capatá, hice lo que usté me dijo
y es berdá, me ciento muy bien. Por cierto, tiene usté una casa mu'
bonita, pare."
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